El contragolpe de Javier: vuelve a Chile

El otrora caballero de "La granja Vip" está enclaustrado preparando su "cachondo" disco debut .

Estrada pasa 14 horas diarias en el estudio de grabación, para regresar el 20 de septiembre. "La Verito Roberts se va a morir con las letras de las canciones", amenaza.
Barcelona/España
Son casi las dos de la tarde y Javier Estrada apura el paso con un dejo de desesperación. "¡Hombre!, es que hace mucho hambre", reclama. Lo único en que puede pensar a esta hora es engullirse una butifarra asada en el restaurante que está frecuentando desde el domingo, cuando comenzó la última misión que lo obsesiona. En Sant Cugat, un pequeño poblado a 25 minutos del centro de Barcelona, en España, el ganador de "La granja Vip" graba el disco de ritmos febriles con que pretende dar el golpe de gracia al ejército de chilenas que encandiló. Desde hace dos días que a las siete y media de la mañana ya está enclaustrado en el estudio de grabación, micrófono al frente. Y no para hasta las once de la noche."No he tenido tiempo de mirar nada, imagínate que el lunes me han mandado unos videos maravillosos de Canal 13 con la final del reality y ni siquiera me ha dado el tiempo para mirarlos enteros", comenta en una tregua que le da a ese humeante plato emparentado lejanamente con las longanizas de Chillán.El único minuto libre que tiene es el almuerzo. Estrada prometió estar en Chile el 20 de septiembre y, para esa fecha, debe tener registrada la voz de los diez temas que compondrán su álbum. Son casi 14 horas diarias de trabajo intenso que lo hacen sudar, pero no despeinarse. "Esta producción es muy importante para mí, pero ya tengo ganas de volver a la normalidad. Si todavía no he podido asimilar que estuve en un reality y que lo gané cuando ya estaba encerrado grabando", agrega.Desde que llegó de Salamanca, donde descansó cinco días junto a sus padres, primos y tíos, no sólo ha trabajado en sacar lustre a esa voz que derritió al teatro Caupolicán. Antes de encerrarse a grabar, cual Rocky Balboa, sudó la gota gorda para recuperar su físico de rompepoleras, puliendo abdominales y tomando generosos baños de sol: se lleva bien con los 28 grados Celsius que marca el termómetro en la región por estos días. No es su interés dejar de ser un desconocido en España. Su empeño es consagrarse en nuestro país: "El premio más importante que obtuve en Chile fue el cariño que me dejó la gente y lo quiero conservar". Y los recuerdos de los amigos que hizo en "La granja Vip" se toman el momento del postre.
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LA GUAYABERA

A las cuatro de la tarde, un hombre rubio y de temple severo entra en acción y con un movimiento de cabeza y un claro "a grabar", levanta a Javier de la mesa y lo hace subir al auto que lo traslada de regreso al claustro. Es Alejandro Abad, su mánager, su productor y el compositor de la mayoría de las canciones. Se lo lleva a su mismísima casa, donde tiene instalado el estudio.En el tercer piso de la residencia, al final de una escalera de mármol, está la sala en cuestión. En la entrada, abundan los trofeos y las fotos de famosos como Julio Iglesias, Paulina Rubio y Dyango, con quienes "el cerebro de la operación" ha compartido en los últimos años. Tres computadores encendidos y dos mesas de sonido están a disposición del compacto que, según los planes, estaría a la venta a mediados de octubre, tras las mezclas que hará -otra vez- Abad."Es un disco muy cachondo, muy caliente. Pasamos por un lado juguetón, bastante inmoral para ser precisos, donde nos atrevemos a hablar de las relaciones ocasionales, de sexo, ya sabes, ¿no?", asegura risueño y coqueto.Tendrá un poco de rumba y de reggaeton, precisa. "Va a ser un disco muy bailado, pero también tendrá un poco de la cosa romanticona sentimental".Y dice que le preocupa saber "qué va a pensar mi buena amiga Verónica Roberts" cuando por sus oídos pase, por ejemplo, "Sexo o amor", un sugerente corte que habla de relaciones sexuales en una noche loca, en una discoteca cualquiera. "La Verito se va a morir con la letras de las canciones. Es que ¡hombre!, son muy cachondas, muy de fiesta y hablan de un tema del que nadie se atreve a hablar, porque siempre hablan del amor romántico, del de pareja".Hora de hacer fotos. Ahora Javier recibe los consejos de la esposa de Abad, Susana, quien se encarga de su imagen. Sale la guayabera de tonos azules, entra la camisa chocolate que acentuará su bronceado. Él se sonroja un poco. "Cómo quieres que cambie delante de ella", dice, apuntando a la dueña de la cámara. Pero aquí manda la rubia. "Que te las saques, tío", conmina. El movimiento deja en claro que las pesas hicieron lo suyo. Cinco minutos para las imágenes y Javier intenta volver a grabar. Se hace de un torpedo con las letras de las canciones, pues ni siquiera tiempo para memorizarlas ha tenido.